Después del hierro, el zinc es el segundo oligoelemento con mayor concentración en nuestro cuerpo, a pesar de ello es posible contar con un déficit si no lo ingerimos de forma adecuada a través de nuestra dieta.
Su deficiencia causa importantes problemas de salud, especialmente debido al debilitamiento de nuestro sistema inmunológico que queda a merced de infecciones y enfermedades.
El zinc cumple diversas funciones fundamentales en nuestro cuerpo, siendo necesario para mantener nuestra salud general. Su presencia es básica para que el sistema inmunológico funcione de forma adecuada, protegiendo a nuestro cuerpo contra infecciones y enfermedades.
Los síntomas de la falta de zinc son:
Sistema inmunológico debilitado, por lo que la persona presenta con frecuencia infecciones y enfermedades.
Problemas con el sentido del gusto y el olfato, se reduce la capacidad de saborear u oler.
Desgano.
Pérdida del cabello.
En el caso de hombres, poca producción de hormonas masculinas lo que conduce a una libido baja.
Mala cicatrización.
En niños, problemas de crecimiento.
Llagas en la piel.
Dificultad para ver en la oscuridad.
Los síntomas de la falta de zinc pueden conducir a diversos problemas de salud que pueden comprometer nuestro bienestar.